Complemento

Al pasar de los años te vas haciendo muy cauteloso en muchos aspectos, amistades, trabajo, relaciones. Vas aprendiendo de tus malas experiencias a tal grado que no quieres repetir los mismos errores.

Se dice que en la actualidad las personas se niegan a amar, por miedo a ser heridos, fallar, perder, o porque nos hemos vuelto tan superficiales que sólo buscamos satisfacer una necesidad física, tener alguien que nos complemente sexualmente y que cumpla con el estándar social de belleza para no pasar verguenzas. 

Pero ante la frivolidad de las relaciones que vivímos hoy dónde queda la persona que te haga reír, que se preocupe por tí, que pueda hablar contigo de cualquier tontería sin cansarte, esa persona que puede consertirte, con la que puedes desnudar tu alma y puedes llorar amargamente en un momento de tristeza, gritar y hacer catársis o simplemente abrazarla en silencio y sentir que sólo esta allí para ti. 

La fríaldad de elegir relaciones de catálogo con especificaciones técnicas de altura, tamaños, peso y razgos agradables o posición social nos lleva a fracasos sentimentales. 

La escencia del ser humano, y su capacidad para querer o llegar a amar ya no es imprescindible no es nada más que un complemento. Y ese complemento lo buscamos porque al final del día tenemos la necesidad de ser queridos por alguien.

Otro ejemplo muy claro lo vemos en los matrimonios de fotografía donde de una forma muy falsa se exponen como una familia feliz pero por dentro hay rencores, indiferencia y falta de amor pero por la presión social y familiar se quedan con su decisión y pierden toda ilusión y ambos la pueden buscar afuera y de nueva cuenta lo escencial se vuelve sólo un complemento. 

Tenemos la capacidad y los sentimientos para dejar de herir personas y enfocarnos en lo principal tener alguien en nuestras vidas que sume y que sea lo principal y no sólo un complemento.